Algo repentino cae de pronto sobre los días,
sacude sus cimientos,
dobla sus paredes.
La ruleta que gira cada hora sobre todos los finales
se para sobre uno;
Uno qué quizás no es el definitivo,
-hasta el azar está sujeto al azar-
pero sí lo bastante nítido.
Y todo se transforma.
Algunas cosas de arriba caen,
y otras suben de abajo.
Hay miedos nuevos,
y miedos antiguos que desaparecen bajo la nueva luz.
Mañana ya no existe.
Ayer se vuelve dulce.
Y queda hoy,
la vida.
1 comentarios:
El verdadero director de escena de nuestra vida es el azar; un director lleno de crueldad, de misericordia y de un encanto cautivador...
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