una puerta se cierra, y tras su giro
todo un mundo se esconde para siempre.
A cal y canto van los días pasados,
las voces, que revolotean
para inventar de pronto otro discurso.
Todo queda atrás.
Lo miro y es tan sólido como acostumbra,
tan mío.
Pero no me pertenece ya.
Cruzaré el umbral,
y seremos extraños de repente,
aunque se quede entre las sombras
un fragmento de mí.
Momentos como cristales,
esparcidos a los pies de la memoria.
Espacios que son mundos,
trayectos sin retorno,
tránsitos...